Hoy tomamos el café con Carlos Valderrama, The Coffee Hackers
¿Cómo comienza tu carrera en el café?
La pasión por el café me viene de familia y de mi país natal, Colombia. Tuve el privilegio de crecer entre plantas de café. Desde muy pequeño descubrí que el café era mucho más que una bebida. Para mi familia y amigos, era un ritual de conexión y socialización que hace la vida más interesante y completa. Cuando llegué a Barcelona, lo primero que eché de menos fue el café de Colombia y la manera cómo se preparaba allí, así que pronto me compré mi primera tostadora personal, con la que tostaba granos que iba consiguiendo a través de amigos y en los viajes que hacía a diferentes lugares del mundo donde producen café. A partir de ese momento supe que algún día iba a crear mi propia marca de café en la que pudiera representar toda mi pasión y conocimientos de tantos años y en la que pudiera rendir un homenaje a mi país y sus caficultores. El café siempre me ayudó a sacar mi parte creativa y emprendedora.
¿Qué tres personas o negocios dentro de la industria destacaríais cómo vuestros referentes?
- En primer lugar, destacaría el trabajo de Colombia como país. La transición que hizo de ser el mayor productor de café comercial a desarrollar una comunidad de pequeños productores de café de especialidad rescatando los sabores y procesos autóctonos.
- Rüsters en Bali, Por su manera de entender y tratar el café desde el origen, tostado y preparación, su maridaje con la comida y la interacción con el medio ambiente (tomar una taza de café de sus granos recién tostados con las vistas a los arrozales al atardecer es una experiencia inolvidable que resume perfectamente su proyecto.
- El trabajo de La Marzocco, fabricando excelencia en forma de máquinas que permiten que el café de especialidad y de alta calidad llegue a todos los rincones del mundo (y que cada taza se pueda preparar en 25 segundos)
¿Algún viaje a origen que haya marcado un antes y un después en tu carrera o en tu manera de ver el mundo del café?
Al “Estrecho del Magdalena” en el Huila (Colombia). Me di cuenta que la calidad del café es directamente proporcional a la calidad del agua y de los recursos naturales del país.
¿Cuál es la parte que más disfrutáis de tener negocio propio? ¿y la más odiada?
Lo mejor: aprender cada día y el contacto y comunicación con la gente; desde los caficultores hasta los clientes amantes del buen café.
Lo peor: cuando alguien no valora el esfuerzo, pasión y dedicación que hay detrás de una taza de café.
¿Un café que nunca olvidarás?
Un Cobra proceso natural y fermentado de Batur (Bali) que tenía unas notas a chocolate negro y banana increíbles. Tomarlo con las vistas al lago y al volcán también ayudaron a que la experiencia fuera más inolvidable.